lunes, 14 de diciembre de 2015

MI CAUSA —MI DOLOR Y MI ALEGRÍA— ES MI TIERRA, ES MI GENTE

#AndalucíaUtópica

En los próximos meses en este país —o país o países— van a pasar muchas cosas. Van a ocurrir muchos cambios. Y yo me pregunto: ¿En qué lugar va a quedar Andalucía? ¿Qué protagonismo vamos a tener los andaluces? ¿Quién va a defender los intereses de los andaluces? ¿Se seguirá utilizando a Andalucía como moneda de trueque para los chanchullos políticos en Madrid?

La saliva se me convierte en cristales negros na ma pensar esto que voy a decir. Juro que lo voy a decir, lo voy hacer con todo el dolor de mi alma pero, si me callo, reviento. Cada vez que hay elecciones generales, lo único que siento es que todos tratan a Andalucía como la puta donde vienen a hacer sus necesidades y después, encima, la mal pagan. Lo digo como lo siento. Los andaluces, en este país —o país de países—, solo somos importantes cada cuatro años, cuando necesitan nuestro voto. Después, que te den.
¿Y quién tiene la culpa de que nos pase esto? ¿Quién tiene la culpa de que Andalucía no tenga ningún peso en los centros de poder económico y político de este país?
Yo tengo mis culpables, que cada uno piense los suyos.

No conozco a ningún gitano que se vaya a llorar después de cantar, por mu jondo que haya cantao. Así que ahora no es el momento de ponerse a llorar ni a quejarse, si no se va a hacer nada.
Mi gente: en los próximos meses lo menos importante va a ser el partido al que cada uno pertenece o al candidato al que votó. Lo importante va a ser lo que estos partidos y nosotros mismos estaremos dispuestos a hacer por nuestra tierra. La única causa que nos deberá unir es Andalucía. Por lo menos, para mí, mi única causa —mi dolor y mi alegría— es mi tierra y es mi gente. Por eso creo que lo realmente importarte, en este momento actual, histórico, es preguntarnos cómo podemos construir entre todos una Andalucía nueva. Una Andalucía a la que todo el mundo respete.
Eso sí, para que eso ocurra, primero tenemos que aprender a respetarla nosotros mismos, los andaluces. Si somos un pueblo tolerante con la corrupción y los estafadores; si aceptamos que nos ninguneen y que nos gobiernen políticos inútiles; si nosotros mismos denigramos nuestra propia cultura o no le damos prioridad absoluta a la educación; si todos los ciudadanos y ciudadanos no nos comprometemos con nuestra tierra, entonces no esperemos nada bueno de nadie. Si seguimos esperando al Mesías o a un líder que nos guie, entonces vamos apañaos. Seguiremos siendo, durante muchos siglos más, el culo de la península Ibérica y de Europa. Detrás nuestra, lo de siempre.

Tweets que no cabe en 140 caracteres:
#AndalucíaUtópica. Es vedad, a lo andaluces nos gusta improvisar pero cuando todos vamos a compas, surge lo maravilloso. Surge el arte y surgen los sueños. Mi gente: vamos todos a compás. Todos a una, por una Andalucía para todos. Una Andalucía nueva y utópica. Mi gente: estamos en un momento histórico para nuestra tierra y, aunque estemos improvisando nuevas maneras de hacer política, no importa si todos vamos a compás. Si queremos cambiar de verdad, tenemos que atrevernos a probar caminos nuevos. Caminos nuevos que nos exigen cambios en nosotros mismos. Nadie cambia su vida actuando de la misma manera. Una sociedad conformista, mansa o resignada, repetirá errores una y otra vez. Nunca cambiará. Exceptuando cuando los que tienen el control económico y mediático lo desean. Entonces, el rumbo será el que ellos dicten. Pero bueno, estábamos hablando de cambiar sólo un poquito, el suficiente para que Andalucía vaya en otra dirección. Y tranquilos, no hay que asustarse, peor de lo que se ha hecho durante estos treinta y tantos años de gobierno, ya no se pue hacer. Estamos en campaña electoral y todos los partidos tienen que oírnos. Es el momento de que la ciudadanía hable. Mi gente: es el momento de salir a la calle a reivindicar nuestro lugar en la historia de este país, o país de países, o lo que leches seamos.

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