#AndalucíaUtópica
En los próximos meses en este país —o país o
países— van a pasar muchas cosas. Van a ocurrir muchos cambios. Y yo me
pregunto: ¿En qué lugar va a quedar Andalucía?
¿Qué protagonismo vamos a tener los andaluces? ¿Quién va a defender los
intereses de los andaluces? ¿Se seguirá utilizando a Andalucía como moneda de trueque
para los chanchullos políticos en Madrid?
La saliva se me convierte en cristales negros na ma pensar esto que voy a decir. Juro
que lo voy a decir, lo voy hacer con todo el dolor de mi alma pero, si me
callo, reviento. Cada vez que hay elecciones
generales, lo único que siento es que todos tratan a Andalucía como la puta
donde vienen a hacer sus necesidades y después, encima, la mal pagan. Lo
digo como lo siento. Los andaluces, en este país —o país de países—, solo somos
importantes cada cuatro años, cuando necesitan nuestro voto. Después, que te
den.
¿Y quién tiene la culpa de que nos pase esto?
¿Quién tiene la culpa de que Andalucía no tenga ningún peso en los centros de poder económico y político de este país?
Yo tengo mis culpables, que cada uno piense
los suyos.
No conozco a ningún gitano que se vaya a
llorar después de cantar, por mu jondo
que haya cantao. Así que ahora no es el momento de ponerse a llorar ni a
quejarse, si no se va a hacer nada.
Mi gente: en los próximos meses lo menos importante
va a ser el partido al que cada uno pertenece o al candidato al que votó. Lo
importante va a ser lo que estos partidos y nosotros mismos estaremos dispuestos
a hacer por nuestra tierra. La única
causa que nos deberá unir es Andalucía. Por lo menos, para mí, mi única causa
—mi dolor y mi alegría— es mi tierra y es mi gente. Por eso creo que lo realmente
importarte, en este momento actual, histórico, es preguntarnos cómo podemos construir entre todos una Andalucía
nueva. Una Andalucía a la que todo
el mundo respete.
Eso sí, para que eso ocurra, primero tenemos
que aprender a respetarla nosotros mismos, los andaluces. Si somos un pueblo
tolerante con la corrupción y los estafadores; si aceptamos que nos ninguneen y
que nos gobiernen políticos inútiles; si nosotros mismos denigramos nuestra
propia cultura o no le damos prioridad absoluta a la educación; si todos los
ciudadanos y ciudadanos no nos comprometemos con nuestra tierra, entonces no
esperemos nada bueno de nadie. Si seguimos esperando al Mesías o a un líder que
nos guie, entonces vamos apañaos. Seguiremos
siendo, durante muchos siglos más, el culo de la península Ibérica y de Europa.
Detrás nuestra, lo de siempre.
Tweets que no cabe en 140 caracteres:
#AndalucíaUtópica. Es vedad, a lo andaluces
nos gusta improvisar pero cuando todos vamos a compas, surge lo maravilloso.
Surge el arte y surgen los sueños. Mi
gente: vamos todos a compás. Todos a una, por una Andalucía para todos. Una
Andalucía nueva y utópica. Mi gente: estamos en un momento histórico para
nuestra tierra y, aunque estemos improvisando nuevas maneras de hacer política,
no importa si todos vamos a compás. Si queremos cambiar de verdad, tenemos que
atrevernos a probar caminos nuevos. Caminos nuevos que nos exigen cambios en
nosotros mismos. Nadie cambia su vida actuando de la misma manera. Una sociedad
conformista, mansa o resignada, repetirá errores una y otra vez. Nunca
cambiará. Exceptuando cuando los que tienen el control económico y mediático lo
desean. Entonces, el rumbo será el que ellos dicten. Pero bueno, estábamos
hablando de cambiar sólo un poquito, el suficiente para que Andalucía vaya en
otra dirección. Y tranquilos, no hay que asustarse, peor de lo que se ha hecho
durante estos treinta y tantos años de gobierno, ya no se pue hacer. Estamos en campaña electoral y todos los partidos tienen
que oírnos. Es el momento de que la ciudadanía hable. Mi gente: es el momento
de salir a la calle a reivindicar nuestro lugar en la historia de este país, o
país de países, o lo que leches seamos.
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