domingo, 6 de diciembre de 2015

LAS PREGUNTAS QUE TENDRÍAMOS QUE HACERNOS ANTES DE IR A VOTAR


#CiudadaníaEnCampaña
DÍA 3 DE CAMPAÑA
CARTA A LOS «DECISOS»

Querido yo mismo:
Ayer escribí una carta a los indecisos y, cuando terminé de escribirla, me di cuenta de que el indeciso era yo. Bueno, quizá «indeciso» no es la palabra correcta. Lo que me pasa, en realidad, es que tengo una jartá de dudas. Así que dejadme que las comparta ahora con vosotros/as, ya que no puedo compartir mis certezas. Y no es porque no quiera sino porque no las tengo, o las pocas que tengo no son muy brillantes para compartirlas.
Y la duda más grande que tengo es, precisamente, cuáles son las preguntas que deberíamos hacernos antes de ir a votar. Por ejemplo, en relación a la crisis que llevamos padeciendo todos estos años, qué deberíamos preguntarnos.
Sabemos que sobre la crisis, sus causas y sus consecuencias se ha escrito y se ha hablado mucho. Hemos oído y visto a muchos expertos y especialistas, periodistas y políticos analizar y debatir sobre la crisis pero, ahora que estamos a tan pocos días de las elecciones, creo que los ciudadanos y las ciudadanas de este país nos deberíamos volver a preguntar y reflexionar sobre lo que ha pasado desde que la crisis estalló.
No hace falta que escribamos las respuestas, ni que estas tengan que ser brillantes y elaboradas. Propongo un ejercicio libre de análisis, reflexión y compromiso ciudadano desde el lugar que a cada uno nos ha tocado vivir y dejando a un lado todo lo que nos han intentado inculcar o hacer creer desde los medios de comunicación y nuestros gobernantes.
Creo que si cada uno de nosotros responde cada pregunta de una manera honesta, dejando a un lado los prejuicios y las respuestas trilladas, tengo la intuición de que vamos a descubrir por nosotros mismos verdades o matices que no sabíamos o que nos han querido ocultar. Creo que si profundizamos en las preguntas podremos ir a la raíz de los problemas, por lo tanto, tener más claro cuáles podrían ser las soluciones. Y, además, seguir avanzando en conseguir una ciudadanía más comprometida, más activa y más preparada para cambiar el destino de este tren que cada día se acerca más al precipicio. El sabio José Luís Sampedro venía a decir algo así como «o paramos nosotros esta locura de sociedad del consumismo, el despilfarro y la desigualdad, o será la propia naturaleza la que nos frenará como un muro de hormigón frena a un coche a toda velocidad con toda la familia dentro». Estoy de acuerdo que el sabio Sampedro no lo diría así. Reconozco que es una interpretación libre de algo muy inteligente que él dijo. Que me perdone el atrevimiento.
En fin, mis queridos/as «decisos/as», aquí os dejo una ristra de preguntas que no sé muy bien cómo contestar o contestármelas. Si estáis aburridos/as y no tenéis nada mejor que hacer, quizá sea interesante darle una pensada.
- Como país, como pueblo, ¿hacia dónde deberíamos ir y qué deberíamos cambiar para construir una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria y más feliz?
- Si el actual sistema económico-político en el que vivimos no garantiza los derechos mínimos de las personas, ni ayuda a construir una sociedad mejor para todos, ¿qué debería ocurrir? ¿Qué sistema habría que crear?
- Si la alternativa es seguir con el mismo sistema económico-político, ¿la solución sería ir hacia un capitalismo más justo que cree una sociedad menos desigual? ¿Pero se puede cambiar el sistema capitalista para hacerlo más humano y más solidario? ¿Es esto posible?
- Si hubiera un deseo real de cambiarlo para mejor, ¿el sistema capitalista español tiene autonomía y soberanía suficiente para dar un giro hacia ese capitalismo solidario? ¿O, en esta fase de la globalización y las grandes corporaciones, ningún país tiene la soberanía suficiente para hacer las reformas necesarias que lo lleven hacia un capitalismo más humanitario? 
- ¿Nuestros «amiguetes capitalistas» estarían dispuestos o están preparados para caminar hacia un capitalismo humanista y solidario en esta España que tanto dicen querer?
Y en otro orden de cosas:
- ¿Los ciudadanos tenemos la última palabra en todo esto? ¿Tenemos la soberanía suficiente para decidir nuestro futuro?
- ¿Los ciudadanos y las ciudadanas de este país —o país de países— queremos asumir esa responsabilidad o vamos a seguir dándole un cheque en blanco a nuestros políticos para que hagan lo que les dé la gana?
- ¿Nuestro destino final es callar, obedecer, producir y consumir? ¿No es esto lo que el capitalismo reinante nos exige y, en algunos casos, a lo que nos está obligando a través de la estrategia del miedo? Me refiero al miedo a perder el puesto de trabajo o a no encontrarlo; miedo a protestar o expresarnos libremente; miedo a cambiar, a probar otros caminos, a otras maneras de vivir, a soñar otros mundos posibles.
Vaya rollo, ¿no? Bueno, no quiero ser más pesao. Son las preguntas que me hago constantemente y os prometo que intento, dentro de mis posibilidades, encontrar las respuestas. ¿Con qué objetivo? Pues con el único objetivo de ayudar, aunque sea solo un poquito, a mejorar este país —o país de países—.
Saludos cordiales, y besos con sabor a pestiño.
El Benito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario