#CiudadaníaEnCampaña
DÍA 3 DE CAMPAÑA
CARTA A LOS «DECISOS»
Querido yo mismo:
Ayer escribí una carta a los indecisos y,
cuando terminé de escribirla, me di cuenta de que el indeciso era yo. Bueno,
quizá «indeciso» no es la palabra correcta. Lo que me pasa, en realidad, es que
tengo una jartá de dudas. Así que
dejadme que las comparta ahora con vosotros/as, ya que no puedo compartir mis
certezas. Y no es porque no quiera sino porque no las tengo, o las pocas que
tengo no son muy brillantes para compartirlas.
Y la duda más grande que tengo es,
precisamente, cuáles son las preguntas que deberíamos hacernos antes de ir a
votar. Por ejemplo, en relación a la crisis que llevamos padeciendo todos estos
años, qué deberíamos preguntarnos.
Sabemos que sobre la crisis, sus causas
y sus consecuencias se ha escrito y se ha hablado mucho. Hemos oído y visto a
muchos expertos y especialistas, periodistas y políticos analizar y debatir
sobre la crisis pero, ahora que estamos a tan pocos días de las elecciones,
creo que los ciudadanos y las ciudadanas de este país nos deberíamos volver a
preguntar y reflexionar sobre lo que ha pasado desde que la crisis estalló.
No hace falta que escribamos las
respuestas, ni que estas tengan que ser brillantes y elaboradas. Propongo
un ejercicio libre de análisis, reflexión y compromiso ciudadano desde el lugar
que a cada uno nos ha tocado vivir y dejando a un lado todo lo que nos
han intentado inculcar o hacer creer desde los medios de comunicación y
nuestros gobernantes.
Creo que si cada uno de nosotros
responde cada pregunta de una manera honesta, dejando a un lado los prejuicios
y las respuestas trilladas, tengo la intuición de que vamos a descubrir por
nosotros mismos verdades o matices que no sabíamos o que nos han querido
ocultar. Creo que si profundizamos en las preguntas podremos ir a la raíz de
los problemas, por lo tanto, tener más claro cuáles podrían ser las soluciones.
Y, además, seguir avanzando en conseguir una ciudadanía más comprometida,
más activa y más preparada para cambiar el destino de este tren que cada día se
acerca más al precipicio. El sabio José Luís Sampedro venía a decir algo así
como «o paramos nosotros esta locura de sociedad del consumismo, el despilfarro
y la desigualdad, o será la propia naturaleza la que nos frenará como un muro
de hormigón frena a un coche a toda velocidad con toda la familia dentro».
Estoy de acuerdo que el sabio Sampedro no lo diría así. Reconozco que es una
interpretación libre de algo muy inteligente que él dijo. Que me perdone el
atrevimiento.
En fin, mis queridos/as «decisos/as»,
aquí os dejo una ristra de preguntas que no sé muy bien cómo contestar o
contestármelas. Si estáis aburridos/as y no tenéis nada mejor que hacer, quizá
sea interesante darle una pensada.
- Como país, como pueblo, ¿hacia dónde
deberíamos ir y qué deberíamos cambiar para construir una sociedad más justa,
más equitativa, más solidaria y más feliz?
- Si el actual sistema
económico-político en el que vivimos no garantiza los derechos mínimos de las
personas, ni ayuda a construir una sociedad mejor para todos, ¿qué debería ocurrir?
¿Qué sistema habría que crear?
- Si la alternativa es seguir con el
mismo sistema económico-político, ¿la solución sería ir hacia un capitalismo
más justo que cree una sociedad menos desigual? ¿Pero se puede cambiar el
sistema capitalista para hacerlo más humano y más solidario? ¿Es esto posible?
- Si hubiera un deseo real de cambiarlo
para mejor, ¿el sistema capitalista español tiene autonomía y soberanía
suficiente para dar un giro hacia ese capitalismo solidario? ¿O, en esta fase
de la globalización y las grandes corporaciones, ningún país tiene la soberanía
suficiente para hacer las reformas necesarias que lo lleven hacia un
capitalismo más humanitario?
- ¿Nuestros «amiguetes capitalistas»
estarían dispuestos o están preparados para caminar hacia un capitalismo
humanista y solidario en esta España que tanto dicen querer?
Y en otro orden de cosas:
- ¿Los ciudadanos tenemos la última
palabra en todo esto? ¿Tenemos la soberanía suficiente para decidir nuestro
futuro?
- ¿Los ciudadanos y las ciudadanas de
este país —o país de países— queremos asumir esa responsabilidad o vamos a
seguir dándole un cheque en blanco a nuestros políticos para que hagan lo que
les dé la gana?
- ¿Nuestro destino final es callar,
obedecer, producir y consumir? ¿No es esto lo que el capitalismo reinante nos
exige y, en algunos casos, a lo que nos está obligando a través de la
estrategia del miedo? Me refiero al miedo a perder el puesto de trabajo o a no
encontrarlo; miedo a protestar o expresarnos libremente; miedo a cambiar, a
probar otros caminos, a otras maneras de vivir, a soñar otros mundos posibles.
Vaya rollo, ¿no? Bueno, no quiero ser
más pesao. Son las preguntas que me hago constantemente y os
prometo que intento, dentro de mis posibilidades, encontrar las respuestas.
¿Con qué objetivo? Pues con el único objetivo de ayudar, aunque sea solo un
poquito, a mejorar este país —o país de países—.
Saludos cordiales, y besos con sabor a
pestiño.
El Benito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario